martes, 14 de octubre de 2014

De piel eléctrica.

No estoy nada satisfecha con mi manera de escribir, nada. No sé dónde está el fallo, pero espero que el blog éste me ayude a mejorar dentro de lo posible, y a ver si dejo de escribir como una niña de ocho años.

Aunque bueno, no me preguntes por qué (porque es totalmente irracional), sí hay un escrito mío que me gusta. Es una poesía que escribí pensando concretamente en una persona, pero que luego me di cuenta de que podía ser la descripción sobre qué pasa dentro de mí cuando siento algo por alguien, en general. De todas formas, no es una descripción fiel, siento muchísimas más cosas que no soy capaz de transcribir, sólo para que quede claro.

¡Ah, por cierto! Se me han ocurrido más cosas que detesto, como los ciempiés, la Iglesia, las medusas y el viento. Y cosas que me encantan: el hipo, estornudar y una coca-cola bien fría.

Volviendo a lo de antes, ahí va la chorrada, que sino mi cabecita no se queda contenta, vete tú a saber por qué.



Dicen que eres magnético,
que no eres humano.
Dicen que encadenas al mirar,
y destrozas al sonreír.
Que tu torpeza al hablar es irresistible,
que tu piel es eléctrica,
que sólo traes problemas.
Dicen que desmigas mentes,
y anudas gargantas.
Que te deslizas y que envuelves,
que desequilibras y lanzas por los aires,
que te quedas y desgarras.
Dicen que sí, que no,
que maldita la hora, y maldito el lugar.
Dicen que respirarte duele,
que eres capaz de hundirte en las entrañas de cualquiera,
y que cualquiera, no es cualquiera.



[Miércoles, 2 de noviembre de 2011, 17:31]

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