Me he recorrido ya todas tus esquinas,
conozco todas tus grietas,
y sigo sin saber dónde está el cuarto de las calderas,
dónde guardas mi control a distancia.
Muéstrame la salida de emergencia,
tus lunares, tus monstruos, tus ganas.
Cuéntame quiénes son los fantasmas que te habitan,
sin son de papel tus paredes, si son de piel,
a dónde lleva esa puerta de atrás.
Qué se ve por tus ventanas,
qué secretos esconden tus telas de araña.
Déjame encender tu hogar,
déjame quitarte el polvo y desenterrar,
arreglar esas goteras.
Permíteme impregnar con mi perfume
cada una de tus habitaciones,
llenar tus estanterías de historias.
Y que se enrede el verde en tu espalda,
que nos salgan raíces,
y que me encuentren así,
respirando tu aire, viviendo de ti.
[Lunes, 30 de enero de 2012, 23:47]
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