martes, 14 de octubre de 2014

En el país de Nunca Jamás.

Ese niño que llevas dentro de ti, ¿tiene tu mismo nombre?, ¿cómo se llama?, ¿cuántos años tiene? Dile que salga a jugar. ¿Cuánto tiempo lleva en ti? ¿Y hasta cuándo se va a quedar? Sé que muchas veces se apodera de ti.

Es gracioso, divertido, me encanta jugar con él, verle reír, hacerle feliz. Sin embargo, hay tantas otras veces que se vuelve oscuro, que se encierra en sí mismo y tiene esas cosas de las que no habla y que son para mí tan difíciles de comprender...¿cómo funciona su mente?, ¿en qué piensa? Se pone contestón, vacilón. Se enfada. Pero es de esa rabia infantil tan apasionada, sentida y, a la vez, absurda que le nace del estómago y le cierra la garganta. Es orgulloso. Es egoísta. ¿Cuánto tiempo más va a estar?, ¿y qué pasará cuando se vaya?, ¿desaparecerá también tu faceta juguetona y dulce?, ¿tu cariño inocente, puro y espontáneo se volverá entonces rutinario y vulgar?

¿Se irá algún día? Pensándolo mejor...¿eso es lo que quiero, que se vaya?, ¿no puede haber un término medio? Le he cogido cariño a ese niño, pero necesito que empiece a comprender, que empiece a hablar y a pensar algunas cosas como un adulto. ¿Existe acaso esa posibilidad?



[Jueves, 9 de mayo de 2013, 15:18]

No hay comentarios:

Publicar un comentario