Puede que suene a tópico, pero la verdad es que hay canciones que, sin decir nada, son capaces de transportarte a lugares en dimensiones que nunca antes habrías imaginado. Lugares que se encuentran dentro de ti. Cuando las vuelves a escuchar regresas a ese lugar y te sientes en casa. Haces de cada detalle, de todos sus olores, tuyos. Otras veces, ves una puerta que no conocías y, al abrirla, descubres un nuevo rincón. Así, hasta que es tan tuya que el hecho de que tenga un autor llega a parecerte absurdo. Es para ti. Te llena. Te recorre el cuerpo. Es tuya. Poco a poco, todas esas canciones van formando un férreo rompecabezas a lo largo del tiempo que, por mucho que lo intentes es, inevitablemente, tuyo.
Actos inexplicables (Nacho Vegas)
[Sábado, 1 de diciembre de 2012, 23:35]
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